Independiente y Huracán, en un partido bisagra que definirá si lucharán por el título o por no descender
“El partido del jueves es una final”. No por trillada, la frase que dejó caer Carlos Tevez en la conferencia de prensa que brindó en las últimas horas deja de ser certera, básicamente porqu...
“El partido del jueves es una final”. No por trillada, la frase que dejó caer Carlos Tevez en la conferencia de prensa que brindó en las últimas horas deja de ser certera, básicamente porque hoy por hoy Independiente y Huracán viven realidades casi paralelas.
Los puntos en común son numerosos y variados. Tevez por un lado y Diego Martínez por el otro son entrenadores que suman poco tiempo de trabajo al frente de planteles que se encuentran en pleno proceso de acople después de rearmarse con numerosas incorporaciones en el mercado invernal.
Pero sobre todo y por encima de todo están los números. Ubicados en el pelotón de seis equipos que encabezan la tabla de la Zona A, el Rojo y el Globo -que se enfrentan este jueves, desde las 21 en el estadio Bochini- comparten el grupo de los que pelean por escapar a los últimos lugares de la tabla anual, es decir, al peligro del descenso. Y si en este caso el Rojo lleva una ventaja de tres puntos, en el antecedente más cercano el Globo llega al choque con el buen sabor de la goleada ante Racing en la Copa Argentina, mientras su rival caía eliminado por penales frente a Estudiantes en ese mismo torneo.
Con tanta paridad, el partido tiene aspecto de bisagra: puede ser el punto de partida para mirar hacia arriba y pensar en la pelea por jugar las instancias finales del torneo; o hacia abajo, y condenarse a sufrir los restantes diez encuentros hasta el cierre de la fase inicial de la Copa de la Liga.
“Estamos en construcción y a la vez jugando finales”, indica el técnico del Rojo, mientras desgrana argumentos para que se entiendan los altibajos de un equipo que en los tres partidos disputados bajo su mando mostró vaivenes tan acusados como riesgosos. “Los muchachos ya tienen claro cuál es la idea -ir a presionar al rival y ser directos cuando tengamos la pelota- pero falta pulirla y también la convicción para ser protagonistas. Hace seis meses o un año que Independiente venía jugando a ver qué pasaba y ahora cuando hacemos un gol los chicos se van metiendo atrás sin quererlo, porque es algo que tienen en la cabeza. Lo estamos trabajando, pero es un proceso que necesita tiempo”.
La búsqueda de un funcionamiento adecuado a sus pretensiones es la obsesión que mueve al Apache, más allá de las urgencias que indican los números y hasta de los sistemas tácticos utilizados. De acuerdo con la mirada general, el Rojo puso en práctica un 5-3-2 en sus dos cotejos iniciales para quitar un marcador central -Ayrton Costa, lesionado- contra el Pincha. Sin embargo, el técnico no opina lo mismo: “El único partido que jugamos con cinco en el fondo fue el de Vélez, en el resto fue con 4″, sostiene, y el 4-1-3-2 parece ser su método predilecto: “Tiene la ventaja de que ganás los rebotes. Lo que nos pasó con Estudiantes fue que recuperábamos la pelota y la perdíamos enseguida. Tenemos que encontrar más calma para manejarla”.
Según Tevez, lograr ese funcionamiento depende de conjugar intensidad extrema con precisión, ensamble que requiere de una riqueza técnica semejante a la que enseña la selección campeona del mundo pero resulta difícil de ver en el fútbol local. Su receta, sin embargo, es simple: “Los muchachos tienen que volver a crecer en confianza para hacer en los partidos el juego asociado que veo en los entrenamientos”.
Su conclusión, en definitiva, vuelve a hacer hincapié en el factor mental. No es extraño si se tiene en cuenta que fue la cabeza lo que dejó con las manos vacías al Rojo el sábado pasado en Mendoza. Aun sin jugar bien, el equipo falló tres ocasiones muy claras de gol en el segundo tiempo (ocasiones desperdiciadas por Matías Giménez, Santiago Toloza y dos veces Joaquín Laso en la última acción del partido) y continuó con los desaciertos en la definición por penales, en la que solo uno de los cuatro ejecutados finalizó en gol.
En ese sentido, nadie quedó más marcado que Giménez, quien había sido figura en las victorias ante Vélez y Gimnasia. Su intento de remate picado que cayó mansamente en las manos de Mariano Andújar abrió las puertas de la derrota, recibió una avalancha de críticas y hundió en la desazón al goleador sanjuanino, que incluso se vio en la necesidad de pedirles perdón a los hinchas por el error cometido. “Entró con Andújar en un juego que solo lo saben ellos dos y en el que no debía entrar. Ahora hay que bancarlo”, señaló Tevez, quien ratificó que se trata del jugador del plantel “que mejor patea los penales” y que si frente a Huracán se da un lanzamiento desde los doce pasos será el ejecutante, “si él se siente bien para tirarlo”.
"CON GIMÉNEZ HABLÉ PUNTUALMENTE PORQUE ES EL JUGADOR QUE MÁS PELOTAS PERDIÓ". Carlos Tevez contó sobre la conversación que tuvo con el atacante tras el penal que falló ante Estudiantes.pic.twitter.com/54fQdp9o1T
— SportsCenter (@SC_ESPN) September 13, 2023Más allá de aquel error puntual, Giménez tiene el puesto asegurado entre los once que saldrán al campo a jugar ante el Globo. También Iván Marcone, ausente ante Estudiantes por una descompostura gástrica, y muy probablemente Alexis Canelo en lugar de Martín Cauteruccio. En cambio, no estará Lucas González, que sufrió un desgarro (Sergio Ortiz o Julio Buffarini podrían ocupar su lugar); y se mantiene en duda Ayrton Costa. Si no llega, Damián Pérez sería el lateral izquierdo y Santiago Toloza repetiría como volante.
“En los 90 minutos todavía no perdimos ningún partido y sé que estos clubes tan grandes son Deportivo Ganar Siempre -frase “patentada” por Juan Carlos Lorenzo y reeditada por Alfio Basile, ambos en Boca-. No veo razones para no seguir en esa línea”, dice Tevez. Sin concentrarse previamente por primera vez en el año y con el ánimo en el alambre, Independiente afronta la “final anticipada” que puede despejarle el panorama para el resto del semestre. En la capacidad de transmisión de confianza de su técnico quizás logre encontrar las respuestas a un año repleto de dudas.