CÓRDOBA (enviado especial).– La primera sospecha surgió este sábado, cuando la organi­zación del superclásico resolvió cerrar las puertas del estadio e impedir el ingreso de periodistas, fotógrafos y camarógrafos en las horas previas al partido. Unos días atrás, el encargado del mantenimiento del campo de juego del Mario Alberto Kempes, Marcos Ibáñez, había prometido que se llegaría a tiempo con el resembrado y que el cuarto de final de la Copa de la Liga se desarrollaría sobre un terreno que estaría en “ocho o nueve puntos”. Sin embargo, las imágenes aéreas tomadas para LA NACION ­muestran que el césped del ex Chateau Carreras dista mucho de esas calificaciones. Y si bien se continúa realizando trabajos de mejora, todo in­dica que el césped no estará en muy buenas condiciones a la hora del comienzo del encuentro, las 15.30 de este domingo.

En la semana, Ibáñez, que trabajó muchos años como asesor deportivo de Belgrano, aseguró que las imágenes que habían trascendido entre el miércoles y el jueves nada tenían que ver con el aspecto que luciría el terreno el domingo por la tarde. “En esta épocas todas las canchas están siendo resembradas. Es un proceso que demora tres o cuatro días, entonces desde arriba es posible que se vea deslucido, aunque es algo que se hace todos los campeonatos”, apuntó el ingeniero agrónomo. Destacó las obras de drenaje realizadas y anunció una compra de maquinarias como parte de un plan estratégico para mejorar la cancha y dejarla acorde con las disposiciones internacionales.

Sin embargo, y pese a las fotos que hizo trascender ayer el área de Prensa de Córdoba Deportes, el ente encargado de la organización de espectáculos deportivos que preside el ex tenista Agustín Calleri, las tareas no surtieron el efecto esperado. Este sábado, la agencia difundió una serie de imágenes del Kempes en las que se percibe un césped parejo, colorido, espectacular. “A casi 24 horas del encuentro entre River y Boca en Córdoba, en el Kempes continúan los preparativos para recibir a este gran evento deportivo. En este momento se están realizando trabajos de corte y franjeado del campo de juego, mientras que posteriormente está previsto el riego programado del día sábado”, informó. Sin embargo, las tomas del dron para LA NACION revelaron que el terreno de juego continúa en mal estado.

Uno de los problemas con los que se toparon los cancheros fue el poco tiempo de trabajo que tuvieron a disposición para llevar adelante el resembrado del césped. El último partido jugado allí fue el 1 a 1 de Talleres con Independiente Rivadavia, el sábado 6 de abril, 15 días antes del superclásico. La idea era empezar a resembrar en los días posteriores, teniendo en cuenta que Córdoba tenía todas las fichas para albergar el partido más importante de los cuartos de final de la Copa de la Liga. Pero algo trastocó los planes: el lunes 15, Instituto recibía a River por la última fecha de la etapa regular y hasta último momento se especuló con la posibilidad de que la Gloria mudara su localía al estadio mundialista, para que hubiera hinchas riverplatenses y la dirigencia cordobesa sacara mayor rédito económico al partido. Pero eso no ocurrió y las tareas en el Kempes comenzaron recién el viernes 12.

El plazo ideal para que las semillas se prendan bien en el terreno es de entre 10 y 13 días: demoran cinco en germinar y otros cinco en tomar color. Este domingo será recién el día 10.

A la distancia, tanto Martín Demichelis como Diego Martínez siguen de cerca la evolución de los trabajos. De hecho, antes de partir rumbo a Córdoba, ambas dirigencias se comunicaron vía telefónica con las autoridades de la Liga Profesional para verificar el estado del campo de juego. Desde la Agencia Córdoba Deportes respondieron que realizarían el mayor esfuerzo posible para que el césped luciera de manera adecuada, aunque asumieron que el terreno no ofrecería el aspecto deseado.

En marzo de 2016, la Agencia apartó del cargo al canchero Ernesto Riera luego de que el campo del Kempes presentara un estado alarmante antes del Argentina vs. Bolivia por las eliminatorias rumbo al Mundial Rusia 2018. Ahora habrá que ver cómo rueda la pelota, más allá del color del pasto.