Las monarquías del sudeste asiático siguen sumando celebraciones a su calendario. Luego de la increíble boda del príncipe Abdul Mateen y Anisha Rosnah, que se realizó en Brunéi en enero pasado y que duró diez días, y con el recuerdo aún fresco del casamiento del príncipe Hussein –hijo de los reyes Abdalá II y Rania y heredero del trono hachemita– con la arquitecta saudí Rajwa Alseif, que se llevó a cabo en junio del año pasado de Jordania, ahora fue el turno de Camboya. El lunes 12 de febrero, el Palacio Real de Phnom Penh, un edificio construido en 1866 y ubicado en la capital de ese país, fue escenario de la boda de la princesa Norodom Reasmey Ponita (32), la sobrina de Norodom Sihamoni, actual rey jemer. Hija de la princesa Norodom Arunrasmy y de Keo Puth Rasmey, la princesa Ponita es, además, nieta del difunto rey Norodom Sihanouk, miembro de una dinastía que se remonta hasta finales del siglo XIII y que ha sido venerada por su pueblo, de fuerte tradición budista. Si bien la boda de la princesa Ponita se realizó conforme a los coloridos ritos ancestrales –las ceremonias suelen extenderse tres días y tres noches, incluyen alrededor de siete rituales; y los novios deben usar los trajes tradicionales de la familia–, la particularidad de esta fue que tuvo un toque muy sudamericano… empezando por el novio. Sucede que la princesa Ponita se casó con Maximiliano Battaglia, un uruguayo de 29 años. Así, después de la ceremonia, con rezos y pétalos de rosas, los flamantes recién casados sorprendieron a todos bailando “La vida es un carnaval”, de Celia Cruz.

El joven que sonríe al lado de su flamante mujer y de los reyes de Camboya nació en la República Oriental del Uruguay, en 1995 y vive, desde hace años, en París. Su pasión por las tradiciones asiáticas lo llevó a obtener una licenciatura en Lengua China en la Universidad de Lengua y Cultura de Pekín y a viajar constante - mente a Camboya. Pero su mayor pasión son el cine y la fotografía, actividades que comparte con la princesa Ponita. “People Grow Wings”, un documental premiado en el Cambodian International Film Festival (CIFF), es uno de los tantos trabajos que han realizado juntos, muchos de ellos vinculados a lo experimental y con foco en tradición jemer y en los templos sagrados de Angkor. Se cree que los artistas visuales se instalarán en la Ciudad Luz, donde suelen formarse académicamente los royals de Camboya. Allí Maximiliano ejercerá como profesor adjunto en la Escuela de Arte de París, donde tendrá a su cargo una cátedra de fotografía documental y digital experimental.