Umma Aguilera tenía 9 años. Jugaba al handball y practicaba artes marciales en el club Defensores de Banfield y cursaba cuarto grado en el Instituto Mario Madeddu, en Villa Centenario, en Lomas de Zamora. “Era una chica muy cariñosa”, la recordaron quiénes la conocieron. Todo el mundo la quería. Ayer, fue víctima de la inseguridad. La asesinaron de un balazo en la cabeza delante de sus padres, dos integrantes de la Policía Federal Argentina (PFA).

“Uma era muy cálida y responsable. Acompañaba mucho a sus compañeras. Era muy buena hermana y muy compinche de sus padres”, dijo a LA NACION un oficial de la PFA, que conoce a la familia Aguilera.

“Con mucho pesar lamentamos el asesinato de Umma, jugadora de Defensores de Banfield, víctima de un hecho delictivo. Extendemos nuestras más sinceras condolencias para su familia y amigos en este momento de profundo dolor. ¡Justicia por Umma!”, la despidió en su cuenta de la red social Facebook la Federación Metropolitana de Balonmano (Femebal).

El Instituto Mario Madeddu, de Villa Centenario, lamentó el crimen y se refirió a “la profunda pérdida de nuestra hermosa y pequeña Umma Aguilera Rodríguez, alumna de cuarto años ”. En ese establecimiento educativo también estudia Iara, su hermana de 13 años.

Los padres de Umma, Eduardo Aguilera, de 42 años, y María Eugenia Rodríguez Álvarez, de 41, son integrantes de la PFA. Él forma parte del equipo de la custodia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y ella, en una dependencia de la Policía Científica.

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