Hace tiempo que las marcas de lujo empezaron a expandirse al universo de la gastronomía, como la exclusiva chocolatería que Louis Vuitton abrió en Francia, el café que inauguró Hugo Boss en Roma o los restaurantes que opera Christian Dior en Saint-Tropez, Tokio, Seúl y Miami. Prada, la casa de moda de lujo originaria de Milán, no se queda atrás.

Ubicado en la prestigiosa esquina de Hans Road en el la icónica tienda británica Harrods en Londres, la marca abrió su nuevo Prada Caffè, un local que llama la atención con su color pistacho, que complementa a la perfección la imponente fachada de terracota barroca eduardiana de Harrods.

Al ingresar, los visitantes son recibidos por un interior cuidadosamente diseñado, con paredes, techos, sofás y sillones tapizados en terciopelo, todos ellos en el icónico verde distintivo de la marca Prada. El piso, por su parte, reproduce el clásico patrón ajedrezado en blanco y negro de la histórica boutique de Prada en la Galleria Vittorio Emanuele II de Milán, mientras que los bajorrelieves florales que adornan las paredes evocan la sofisticación de las emblemáticas tiendas insignia de Prada en todo el mundo.

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Uno de los elementos destacados del Prada Caffè es su vajilla original y exclusiva, que se integra perfectamente con el entorno. Desde porcelana japonesa de tono azul pálido con una doble línea negra contrastante, inspirada en la antigua cerámica Celadon, utilizada en tazas de té y café con tapa, teteras, platos y bandejas, hasta la cristalería de vidrio soplado. Además, la platería está grabada con el logotipo triangular de la marca en los extremos, añadiendo un toque de elegancia adicional.

La oferta gastronómica del café es variada y abarca desde el desayuno hasta los cócteles de la noche, con una versión sutil y moderna de la tradición italiana. Los comensales pueden disfrutar de sándwiches y risotto, así como de exquisitos platos con mozzarella de búfala, salmón y cangrejo, acompañados por una lista de cócteles de autor. La carta de vinos, por su parte, ofrece una selección que abarca toda Italia, con botellas que van desde Sicilia hasta el Piamonte.

La repostería juega un papel central en el Prada Caffè, y es exhibida como verdaderas piezas de joyería individual en un espectacular mostrador central sobre un gran mostrador de mármol decorado con paneles texturizados de guijarros en su base. Los visitantes pueden deleitarse con pasteles esponjosos rellenos de crema chantilly, merengues gigantescos y relucientes tartaletas de flan, así como con el legendario panettone italiano.

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Además, cuenta con un entrepiso sostenido por columnas verdes, que está decorado con balaustres arqueados y se utiliza como un área elevada para sentarse y disfrutar de una vista privilegiada del mostrador de la pastelería envuelto en mármol. En la parte trasera del café, una habitación aislada continúa el esquema interior, con asientos de terciopelo verde que rodean el perímetro del espacio, debajo de las paredes decorativas en relieve floral.

Prada Caffè estará abierto hasta el 7 de enero de 2024, mientras que de cara al verano europeo planean abrir un puesto de helados en la calle.