
Independiente perdió contra Gimnasia y en su cancha, un símbolo de lo que pasa en la Copa de la Liga
Un cabezazo de Gabriel Ávalos chocó con el travesaño a los 46 minutos de la segunda mitad, a la salida de un córner. Hubiera sido una confirmación estelar a la fortuna en continuado, luego de ...
Un cabezazo de Gabriel Ávalos chocó con el travesaño a los 46 minutos de la segunda mitad, a la salida de un córner. Hubiera sido una confirmación estelar a la fortuna en continuado, luego de las híbridas victorias en Mendoza y Liniers, con cierta dosis de suerte. Independiente es un equipo en formación, no tiene figuras y verdaderamente hace lo que puede con el peso de su historia. Que es demasiado grande.
Con Kun Agüero con mate en mano como un hincha más, inquieto por una producción errática casi de principio a fin, el Rojo perdió 1 a 0 contra Gimnasia, que aprovechó un error y, sobre todo, se hizo cómplice de un escenario convertido en un infierno. El calor, primero. Y los hinchas, más tarde. Independiente gana fuera de casa, Gimnasia gana fuera de casa. Se marean, se pierden de local. Un símbolo de los primeros capítulos de la Copa de la Liga.
¡LO GRITARON TODOS! Gabriel Ávalos tuvo el empate de Independiente pero su cabezazo dio en el travesaño ❌⚽#LPFxTNTSports pic.twitter.com/qrSZjg165X
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) February 3, 2024Desde el primer pitazo Independiente corrió, luchó, intentó jugar, pasado de revoluciones. Como si tratara de demostrar en un puñado de minutos de qué está hecho. Los dos triunfos como visitante (en Mendoza, primero, en Liniers, después), le abrieron una pequeña muestra de optimismo de escritorio. Dos resolutivos 1-0 entusiasmaron tanto a su público (ávido de victorias, de gestas como en los buenos viejos tiempos), que llenó el estadio en su primer partido como local. Y se preparó para el banquete.
PIEDRA LIBRE PARA EL KUN 🔴 Sergio Agüero junto a su hijo Benjamín, viendo Independiente vs. Gimnasia#LPFxTNTSports pic.twitter.com/k4gmtNE3NW
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) February 3, 2024Corrió, metió y se volvió un poco loco Independiente en buena parte del primer tramo. Lucas González y Matías Giménez fueron amonestados durante los primeros seis minutos de juego: el primero, sin necesidad del VAR, debió ser expulsado. La tecnología ni se inmutó, mucho menos el árbitro Sebastián Zunino, frágil de tarjetas cuando a continuación unos y otros (rojos y blancos) se entretuvieron a patadas. González aprovechó que no sufrió la tarjeta roja y exhibió un remate fortísimo, que Insfrán sacó al córner. Duró un suspiro: Independiente pasó de correr para cualquier parte a convertirse en una imagen fantasmal. Casi en puntas de pie.
"¡DESPIÉRTENSE!" ❗ El reto de Carlos Tevez a los jugadores de Independiente tras el 1-0 de Gimnasia #LPFxTNTSports pic.twitter.com/B0QmzgmwfN
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) February 3, 2024Con poco, casi nada, el Lobo olfateó la herida. Y en un pase para atrás sin sentido de Aguilar, Saravia se avivó, se convirtió en un clásico número 9 y definió con clase. Con medias bajas y un tranco parecido a Fito Rinaudo, como si llevara la camiseta de Gimnasia de toda la vida, lo gritó con alma y vida. Uruguayo, de 23 años, se disfrazó de motor de la zona media. Y estaba solo.
Porque Independiente no le hacía sombra. Tanto fue así, que cuando el desarrollo durante el primer capítulo fue frenado para calmar el infierno del clima, a los 28 minutos, Carlos Tevez pegó un grito de director de escuela. Reunió a sus jugadores, cerca del banco de suplentes, mientras se refrescaban del agobio (de la temperatura y del desarrollo) y les recriminó de todo, a viva voz, frente al estadio y a las cámaras de TV. ”¡Están parados!”, advertía. “¡Despierten”!
Un atorrante, Toloza capturó el balón, ensayó algunas destrezas y el empate merodeaba la escena, pero no supo. No pudo. En su casa, Independiente la pasa verdaderamente mal. No le sobra fútbol y bajo el fuego de su gente, siente cierta timidez. Le pesan las piernas.
Y cuando toma nota de esa traumática situación, otra vez, se pasa de revoluciones. El pibe Ruiz, un mediocampista de 19 años, estuvo ocho minutos sobre el terreno de juego. Fue expulsado por un aviso del VAR, por una plancha sobre Pablo De Blasis. Lesionado, debió dejar el campo de juego. Independiente debió jugar los últimos 20 minutos con un jugador menos, con una mayor dosis de desesperación y con la presión de los hinchas, que como en buena parte de los primeros encuentros de la Copa de la Liga lo vive con una desesperación mayúscula.
Equipo que no gana como local, equipo que es cuestionado, silbado. Grande, mediano o pequeño, lo mismo da. Pelea por el título o por evitar el descenso. La locura en la que se sufre el juego doméstico es alarmante: apenas van unos pocos capítulos del segundo mes del año.
Compacto de Independiente 0 vs. Gimnasia 1Independiente fue, con los ojos vendados, es cierto, pero fue con la ilusión de un empate al que siempre estuvo a tiro. Gimnasia, con una tarea digna y con todo a favor (el resultado, un hombre más y la exaltación de los hinchas), le costó definirlo. Pero ganó. Lo que no es poco en estos tiempos.