
La sorpresa, un llamado a su madre y los puentes por cerrar con los Milei, gobernadores y lobistas: la intimidad de la postulación del juez Ariel Lijo para la Corte
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El juez Ariel Lijo se mueve en el mundo de la política con la misma fluidez con la que toma decisiones en sus causas judiciales. Pero aún así, el momento en que el Gobierno anunció su postulación para sumarse a la Corte Suprema de Justicia lo tomó por sorpresa. Estaba en el living de su casa con su hija, que estudia medicina, cuando los medios leyeron un comunicado de la Oficina de la Presidencia de Javier Milei que anunciaba su nominación para ocupar la vacante que dejó en el máximo tribunal la jueza Elena Highton. Eran las 13.25 del miércoles.
No terminaba de digerir la noticia, cuando –cinco minutos después– sonó su teléfono celular. Era el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, que lo llamaba para hacerle el anuncio formal, que ya los medios estaban repitiendo hasta el cansancio. Su hija se entusiasmó, pero Lijo, conocedor de los pliegues del mundo judicial, buscaba bajar sus expectativas.
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Lijo apenas si atinó a llamar a su mamá, que ya estaba al tanto para compartir la noticia, su felicidad y también bajarle las expectativas, ante una designación que aún debe pasar la barrera del Senado donde su candidatura debe reunir dos tercios de los senadores. Para eso necesita los votos de los senadores de La Libertad Avanza, de sus aliados, del peronismo, pero fundamentalmente del kirchnerismo. Es decir, debe contar el con el visto bueno de Cristina Kirchner.
El kirchnerismo no le perdona haber mandado a juicio al vicepresidente Amado Boudou, condenado –con condena firme de la Corte– por el caso Ciccone, y Cristina Kirchner en particular aún le factura a filtración de una conversación telefónica que mantuvo con Oscar Parrilli, cuyo teléfono estaba intervenido legalmente en una causa de Lijo. Es el audio viral donde se escucha a Kirchner tratando a Parrilli de “pelotudo”.
A pesar de estas reservas, en el entorno de Lijo se tienen confianza. “Puede salir, pero sin el voto del peronismo y del kirchnerismo, no hay manera”, dijo un allegado que discutió con el juez en estas horas de vértigo su postulación. “Hay posibilidades de que se junten los votos”, insisten en su entorno.
El propio Lijo estaba sorprendido de que su postulación fuera al unísono de la de Manuel García-Mansilla, el decano de Derecho de la Universidad Austral. “Pensarán que Lijo junta los votos y que le conseguirá los votos necesarios para el catedrático”, especulan los amigos del juez federal.
Por lo pronto, en el chat de jueces federales llovieron las felicitaciones y aparecieron algunos llamados clave de senadores del radicalismo, que de a uno le dieron su apoyo. El peronismo le hizo llegar muestras de adhesión, pero, como ocurre con todos los concursos donde un candidato quiere llegar a juez, o ascender, los votos los tiene que juntar él mismo.
No escapa al análisis que el juez Lijo es el protagonista de un raro escenario: algunos aliados del Gobierno –menos de los esperados– critican su postulación y lo desacreditan, y los kirchneristas, que son los que deberían votarlo para asegurarle la designación, le desconfían.
Lijo cuenta con una ventaja: su principal sponsor es el juez de la Corte Ricardo Lorenzetti, quien se acercó a Javier Milei para persuadirlo de la postulación del juez federal. Hace dos años, Lijo y Lorenzetti realizaron una gira por el interior del país. Lijo no conoce a Milei y tampoco a su hermana Karina, que fue mencionada como quien le abrió la puerta para que su candidatura tenga el visto bueno.
De todos modos, tienen conocidos en común: el abogado Santiago Viola, a quien el candidato libertario había nombrado apoderado de su partido, el exfuncionario sciolista Guillermo Scarcella, cercano a Lijo y que se mueve cerca de Karina MIlei, y Alfredo “Freddy” Lijo, el hermano del juez, pese a que ahora distanciados.
Lorenzetti llevó a Lijo al interior a dar conferencias relacionadas con el derecho ambiental, la materia en la que el cortesano es especialista. Recorrieron en 2022 y en 2023 las ciudades de San Juan, Corrientes, Santa Fe y La Plata, entre otras. Fue la ocasión de Lijo para mostrase y seguir trabando vínculos con las autoridades locales.
Cuando un juez de la Corte desembarca en una provincia, del gobernador para abajo, todo el mundo quiere restablecer relaciones. Claro que estas visitas fueron antes de que Milei cambiara el traje de panelista por la banda presidencial, pero ahora cuando a un gobernador le hablan de Lijo ya sabe de quién se trata y quién avala su postulación. Como ocurre siempre, los votos los deben juntar los candidatos.
La eventual llegada de Lijo a la Corte puede cambiar el eje de poder. Lorenzetti apuesta a tener un aliado en la interna con Horacio Rosatti, que hasta ahora logró abroquelar las voluntades de Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda. Sin Maqueda a fin de año, y con el posible desembarco de Lijo y Garcia-Mansilla, Lorenzetti puede tener nuevos apoyos. Antes de todo este proceso, en octubre la Corte debe renovar sus autoridades, una decisión clave en el escenario por venir.
El constitucionalista García-Mansilla viene del derecho empresario y de la academia, un perfil que comparte con el juez Rosenkrantz, exrector de la Universidad de San Andrés, donde retornó como docente, y con un pasado en un importante estudio jurídico donde sus clientes eran las más importantes corporaciones del país o con inversiones en la Argentina.
Lijo, la bandera de la impunidad
En Comodoro Py 2002, la postulación de Lijo fue tomada por los jueces federales de primera instancia como una reivindicación de su trabajo, que siempre está bajo la lupa por sus fallos que dirimen los casos de corrupción y están atravesados por la política.
Así lo mencionó en El Destape Radio Rodolfo Canicoba Corral, exjuez federal jubilado, que fue cercano a Lijo cuando estaba en funciones. “Me sorprendió la nominación de Lijo para la Corte Suprema, pero entiendo que las cualidades de Ariel son perfectas para ese cargo. Tiene una carrera brillante, es una persona muy dedicada. En realidad, me alegró ver que alguien de la promoción mía de jueces federales llegue a un cargo tan importante como ese. Me gustaría pensar que esto es una reivindicación a los juzgados federales de Comodoro Py”.
Y después afirmó: “Lijo no es una persona que tenga militancia política ni que tenga algún tipo de conexión con algún político importante. No conozco en el caso de Ariel Lijo que esto sea así. Tengo la sensación que se ha elegido su perfil técnico”.