Esta semana se realizó la feria internacional “Fruit Logistica” en Berlín, donde la Argentina participó con firmas nacionales frutícolas. Al evento asistieron productores de manzanas, peras, arándanos, limones, naranjas, entre otros. El stand nacional fue organizado por la Agencia de Inversiones, que depende de la Cancillería. Según mencionaron, las oportunidades que tiene la Argentina son inmensas, pero remarcaron que falta solucionar algunos problemas internos que les permitan a los productores tener mayor rentabilidad para poder invertir en genética y tecnología.

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“La oferta fue bastante amplia. En el caso nuestro, se generaron oportunidades el año que pasó por el tema climático en Perú, que dejó un espacio de mercado y la Argentina volvió a ocupar el lugar”, precisó Alejandro Pannunzio, presidente de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina, desde Berlín. La Argentina exporta actualmente seis millones de kilos, mientras que Perú exporta 230 millones de kilos. “Cuando nosotros exportábamos 20 millones de kilos, ellos exportaban cero kilos. Nosotros nos achicamos y ellos crecieron, por lo que absorbieron el mercado exponencialmente”, explicó.

El problema climático del Perú en el último tiempo llevó a los importadores a diversificar su mercado y volver a considerar a la Argentina como proveedor. “Por un lado, cada uno siguió atendiendo sus clientes de nicho y, por otro lado, volvieron a generarse algunos espacios con clientes que ya nos habían dejado de lado y que volvieron a comprarnos. En adelante no se van a olvidar de esa situación y van a seguir comprando un poco de la Argentina. Eso nos va a ayudar a que una parte de la fruta esté ubicada en esos países de los que nos habían sacado”, señaló. Pannunzio representa también a los productores de frutas como peras, manzanas y arándanos en Shaffe, una institución del hemisferio sur, integrada por países como Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Chile, Perú y la Argentina.

El empresario recordó que la fruta argentina necesita más competitividad, pero señaló que para eso se necesita resolver el tema macroeconómico. “Sé que se está haciendo un esfuerzo para resolver eso, porque esa es la gran limitante que hay, además de la falta de adecuación de las normas laborales , que no se termina de resolver. En actividades donde se necesita mano de obra intensiva como la nuestra, que tienen a la vez trabajo temporal por la época de cosecha, eso requiere un tratamiento especial y todavía no se pudo resolver. Eso es importante”, extendió.

Uno de los problemas que enfrenta este sector, al igual que el resto, es la famosa “exportación de impuestos”, que denomina en una falta de rentabilidad para las respectivas cadenas, ya que no se recupera con los reintegros: “Eso es otra cosa que hay que resolver”. En esa línea, recapituló en que el reintegro de IVA se recupera al año y medio en pesos, que quedan atrasados por la inflación interanual del 200%. “Esto ocasiona una falta de inversión y una desactualización de la genética vegetal”, aseveró. Las nuevas variedades en arándano, por ejemplo, producen más por hectárea en kilos y una fruta más grande”, precisó.

“La cantidad producida prácticamente con los mismos insumos o parecidas de las variedades nuevas que nosotros no tenemos son más kilos y como la fruta es más grande vale más. Hoy estamos sacrificando precio y cantidad, hace falta reconstruir la rentabilidad para hacer inversiones en tecnología que son imprescindibles”, precisó. La falta de rentabilidad también se refleja en la adopción de tecnología y logística.