“A la altura de los desafíos globales”: quiénes son los chicos argentinos que se subieron al podio del Mundial de Robótica
MENDOZA.– La Argentina subió al podio en el Mundial de Robótica realizado en Singapur. Alumnos de la reconocida escuela Tomás Alva Edison de Mendoza, después de un arduo proceso, se alzaron c...
MENDOZA.– La Argentina subió al podio en el Mundial de Robótica realizado en Singapur. Alumnos de la reconocida escuela Tomás Alva Edison de Mendoza, después de un arduo proceso, se alzaron con el segundo puesto en el certamen internacional “The 2023 First Global Challenge”, junto con un equipo de estudiantes de Israel, Angola y Hungría.
De esta manera, la delegación nacional –compuesta por los mendocinos Sara Lamagrande, Ignacio Moreno, Nicolás Expósito, Gerónimo Herrera, Sebastián Martínez Santos, Martín Perello, Lucas Cuello y Franco Mancini, todos de entre 15 y 16 años– logró el subcampeonato con el robot que presentaron en la competencia desarrollada entre el 7 y el 10 de este mes en esa nación asiática, en la que participaron más de 190 países. El primer puesto quedó para la alianza grupal de chicos de China, Eritrea, Vietnam y Hope, el equipo de refugiados.
“Es un orgullo muy grande y un premio al esfuerzo, con un grupo de chicos que estaba muy preparado”, expresó desde Singapur Graciela Bertancud, presidenta de la Fundación Tomás Alva Edison y fundadora del colegio, el cual se destaca en la región por su perfil tecnológico, enfocado en la programación y la robótica. De hecho, los estudiantes se encargaron de construir y programar el sistema electromecánico en base a un kit estándar de piezas para poder competir en un juego denominado “Horizontes de hidrógeno”, donde la premisa era garantizar “un futuro energético más limpio y equitativo”. En este sentido, centrados en el campo de las energías renovables, debían recolectar y almacenar pelotas de diversos colores, en un mundo simulado para producir hidrógeno y usarlo para almacenar, transportar y convertir energía, quedando a solo cuatro puntos de los campeones.
Para llegar a esta instancia final, los chicos tuvieron más de dos meses entrenando con materiales propios, además de buscar por todos los medios el apoyo necesario para poder viajar en busca de la copa.
La empresa Educabot, partner oficial de First Global en Argentina, fue la encargada de anunciar a los ganadores esta mañana: el equipo argentino alcanzó la segunda posición en alianza con sus pares de Israel, Angola y Hungría. Además, alcanzó el cuarto puesto en el ranking individual. Los estudiantes estuvieron acompañados por sus tutores Matías Gaviño, Melanie Martínez y Franco Miranda, de la Universidad Nacional de Cuyo (Uncuyo), y Rodrigo Pérez, de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
“El objetivo del desafío es inspirar a los estudiantes a explorar sus pasiones y potenciar sus conocimientos en ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas (STEAM) para abordar problemáticas reales mediante el juego”, indicaron desde la organización.
El tercer lugar quedó en manos de los alumnos de Bolivia, Tailandia, Kazakhstán y Montenegro.
“Una vez más, la Argentina demostró que tenemos un nivel de competición, conocimiento y capacidad de trabajo en equipo que está a la altura de los desafíos globales. El trabajo y compromiso de los estudiantes del Colegio Tomás Alva Edison fue muy importante y les permitió destacarse no solo en el formato de Alianzas, en el que ocuparon el segundo lugar, sino también en lo individual, llevándose el cuarto puesto entre 191 países”, afirmó Matías Scovotti, CEO y cofundador de Educabot.
Trabajo colaborativo“Esto tiene que ver con un trabajo colaborativo y conjunto entre el sector público, el sector privado y las ONG. Fue un compromiso de todos. Nos preparamos mucho para alcanzar este segundo puesto, queríamos el primero, pero con el segundo estamos muy felices porque requiere de mucho trabajo, de mucha formación. Este año, tanto la Argentina como Bolivia estuvieron en el podio. Esto también muestra que la industria de la economía del conocimiento en América Latina tienen potencial”, completó Bertancud.
El colegio mendocino Tomás Alva Edison de Mendoza es una institución pionera en materia de enseñanza de la programación y la robótica. Depende de la fundación homónima, que creó Probot School, la primera escuela dedicada a su enseñanza en la Argentina. “Su amplia trayectoria en este campo fue clave para alcanzar este resultado”, destacan en el sector.
“Durante todos estos días en los que los chicos tuvieron que viajar y compartir con pares de todo el mundo, aprendieron a armar y a colaborar con equipos dinámicos integrados por pares de diferentes partes del mundo. Aprenden de sus diferencias, costumbres y modos de conocer el mundo y, desde allí, se potencian para alcanzar objetivos comunes. La clave para enfrentar los desafíos del futuro es cooperar y trabajar juntos. Necesitamos seguir trabajando de esta manera para construir una generación global que trabaje unida para construir ese futuro. Instancias como el First Global nos inspiran e invitan a diseñar propuestas para impulsar ese espíritu de colaboración”, completó Scovotti.
La competencia representa una oportunidad única para que los estudiantes de todo el mundo se reúnan para pensar y resolver problemas del mundo real. “La organización está inspirando a la próxima generación de líderes en ciencia y tecnología, y está ayudando a crear un futuro más brillante para nuestro mundo”, indicaron los encargados.
El desafíoEn esta edición, el desafío “Horizontes de hidrógeno” se jugó en una plataforma elevada de 7x7 metros. Seis equipos, integrados por estudiantes de entre 14 y 18 años, compitieron con sus robots durante los 2.30 minutos de juego. En cada partido hubo una combinación aleatoria diferente de equipos, por lo que lo más importante no era competir, sino colaborar para que cada alianza tuviera los mejores resultados a lo largo de todo el certamen.
El objetivo es que dos alianzas regionales, cada una compuesta por tres equipos, produzcan oxígeno e hidrógeno, extrayendo átomos del depósito, almacenen las “moléculas” en tanques para cada elemento y luego transporten esos tanques a un acumulador para convertirlos en otras formas útiles de energía a medida que se combina con oxígeno. Sobre el cierre de cada partido, las alianzas regionales se combinan en una sola alianza global y tienen que llevar sus robots a un hub de hidrógeno para demostrar la capacidad técnica de cada nación para usar hidrógeno como portador de energía. Así, las alianzas que consiguen tener más robots reciben puntos adicionales, conocidos como bonos de cooperación.